Mis mujeres
Uno
siempre regresa donde amo la vida…
Antes
de que salga el sol ya está la gente trabajando, podemos ver esos vehículos a
dos ruedas que paradójicamente se conocen como “diablos”, hace unos meses atrás
encontré un texto y una frase se quedó grabada en mi memoria “pero a la niña se
le antojaba asomarse al infierno”, era un relato de Tepito. ¿Y si la niña nació
en el infierno? …
Él
estaba acompañándola siempre, un color colorido y cuerpo ágil entre un gato y un
águila gigante unos ojos profundos que te hipnotizaban al verlo.
Es una
efervescencia, camiones llegan y van, cargan y descargan, surten mercancía para
otros estados de la república, el bullicio es constante, el silencio no se
conoce de este lado de la ciudad. El
Centro Histórico de la Ciudad de México es un centro de comercio muy
importante, es un centro cultural y sobre todo es parte de la Historia y de las
historias de los que aquí crecimos, sus calles nos enredan, nos hacen reencontrarnos
con el pasado el aquí y el futuro todo al mismo tiempo como una especie de
paradoja.
Bajando
de la plancha del Zócalo, tomando la calle de moneda, dando la vuelta en la
calle del Carmen, esa nos puede llevar al corazón de uno de los Barrios más
emblemáticos de la zona, Tepito, “Tepito existe por que resiste”.
A unas cuadras podemos encontrarnos con la calle de costa rica podemos ver como
el producto de tradición es el calzado, aún es temprano serán tal vez las 7 am podemos
notar los cascarones de los puestos ambulantes sobre la calle de aztecas,
alguno que otro indigente dormido en su interior.
Justo
en la esquina de la calle de aztecas y costa rica podemos ver al Mercado de
Granaditas, “La zapatería más grande del mundo”, una edificación que ya es
parte del patrimonio intangible de la ciudad, construido por el arquitecto
Pedro Ramírez Vázquez, las cúpulas nos saludan desde lo alto, como si desde
antes se supiera que para muchos ese lugar se convertiría en una tradición
religiosa y en un centro de reunión, un lugar para sanar heridas.
Mi
abuela nació en la Ciudad de México, sus padres venían del estado de Michoacán,
el comercio se trae en las venas, su madre era parte de los comerciantes que
estaba en la plaza de fray Bartolomé de las casas, un espacio conocido como el
baratillo, en 1957 se construye el Mercado de Granaditas y les otorgan un
local.
Mi
abuela fue una mujer de convicciones, de fuerza, de carácter donde todo era
posible. La perdí, uno siempre regresa donde amo la vida. Murió hace poco…
Regresar al oficio de la familia para encontrar equilibrio era lo ideal.
“Zapatito
blanco zapatito azul dime cuántos años tienes tu”, la tradición de la zona es
la manufactura de calzado tiene ya muchísimos años, en los que se articulan
como taller-familia, en respuesta un mercado de especialidad como este hace que
la distribución al menudeo y mayoreo tenga relevancia y se entretejan historias
Ha
sobrevivido a muchos sexenios desde que fue entregado el día 14 de octubre de
1957, la aparición de los ejes, posteriormente del metro y las nuevas
remodelaciones de este nuevo siglo han hecho que su descripción exterior cambie
con el paso de los años. Puede ser un mercado como cualquiera, solo que este en
particular es de especialidad en calzado, bolsas y artículos de piel. Estamos a
punto de cumplir 63 años.
Podemos
encontrar de todo, para toda ocasión desde aquellos primeros pares antes de
nacer hasta aquellos para ocasiones especiales como los son los XV, las bodas,
las primeras comuniones entre otros eventos.
(zapatillas de ballet, hasta zapatillas para
mujeres con la profesión más vieja del mundo, de acuerdo a la temporada se
verán más sandalias o más botas, nos visitan todas las clases sociales, por
precio y calidad.)
Es un
lugar de rituales, donde uno se persigna con la primera venta, donde
lavar con amoniaco, aunque el doctor recomiende lo contrario, es parte de
“limpiar” el ambiente. Todos se conocen, se es familia del vecino ya que se
conocen desde hace muchos años. Lo locales están personalizados, todos con una
cierta homogeneidad, la música no para, puedes saber quién tiene el corazón
roto dependiendo que está escuchando que puede ser desde el género grupero
hasta los últimos éxitos en otro idioma.
Son 13
pasillos, al parecer el 13 es un numero de buena suerte. Yo no conocí mucho más
allá del pasillo 9 por algunos años sobre todo cuando era pequeña, la cantidad
de clientes, trabajadores y demás podría superar en un buen día más de 1500
personas que transitan para encontrar lo más parecido a como imaginaron su
calzado, la frase de mi abuela resuena en mis oídos “donde yo te vea”, mi
familia siempre se dedicó a la fabricación y venta de calzado para mujer, se
tiene la idea que la mujer compra más de 2 pares de zapato al año.
Mi madre
al igual que yo frecuentaba el lugar desde muy pequeña, con sus tías, ellas
comercializaban zapatillas de medidas especiales es decir de la talla 19 al 8,
por lo que cuando mi madre tendría unos 8 años era muy entretenido ir a medirse
las pequeñas zapatillas. Mi hermana y yo crecimos en ese lugar también, el
oficio del vendedor, comerciante, se aprende desde pequeño, y nada tiene que
ver con trabajo infantil, es parte de una tradición oral que se hereda, la
forma de acercarse con el cliente, como responder a un regateo, las frases que
pueden ser típicas como: “pásele, pásele”, “que numero le doy”, “pásele
marchanta”, o como referirte sin algún afán de molestar a todas las mujeres
como “güera”.
Mi
abuela era la mayor de 6 hermanos 5 mujeres y un hombre, algunas murieron por
complicaciones de salud antes de los 50, otra se fue, y están a las que yo
conocí como mis tías, hoy unas señoras de unos 80 años, algunos hijos, algunos
nietos, y 5 maridos, según sus palabras. De ellas aprendí que el barrio curte
la piel, el alma que todo pasa más rápido con una botella de tequila, y que
esos grandes amores al final solo son instantes, lo que perdura es el trabajo
duro, el ser constante, el llegar a las 8 am a trabajar, al no entrar en
conflicto por cualquier cosa, a ser FUERTE.
El Mercado de Granaditas es un lugar
que le proporciona a la mujer un lugar seguro de trabajo en el que puede estar
el pendiente de los hijos, cosa extraña. Así que los matriarcados son comunes.
Las
mujeres han marcado mi vida, el mercado ha hecho lo suyo también, uno siempre
regresa donde amo la vida.
En
gran parte del surgimiento de la ciudad de México se construyó a través de los
oficios, que se heredan, se construye, la apropiación del servicio, del
acercamiento al cliente nos da un valor agregado a las grandes cadenas
comerciales, somos cercanos, a nuestros “marchantes” la riqueza de la tradición
del Mercado Público, que ha ido evolucionando, pero sin perder su esencia. “La
Zapatería más grande del mundo”, está a punto de cumplir 60 años, a las
primeras generaciones todavía las ves por aquí, con bastón, Mi mercado es ya de
la tercera edad, pero tiene un alma joven, un espíritu que confió lo mantenga
en pie muchos años más, somos un referente del barrio, somos parte de la
verbena del comercio, somos una tradición que sigue viva, #somosgranaditas.
Somos
ritos, somos cosas extraordinarias, nada se hace a medias aquí, o se hace o se
hace, somos trabajadores casi 24x7 ya que un local te exige, que lo atiendas que
lo procures, que lo cuides. Somos familia, que se ha ido entretejiendo a lo
largo de los años, somos amigos, aquí se conoce el valor de la palabra, el
Mercado de Granaditas Tepito 60 ha visto, historias de amor, como la gente crece
y como volvemos a él cuando necesitamos un lugar cálido. Un lugar familiar.
El
Mercado de Granaditas Tepito 60, nos saluda, nos acoge, nos da trabajo digno,
ven te invito a que escribas tu propia historia con nosotros, como muchos de
nuestros clientes, los zapatos para la boda, los XV años, la fiesta, los
aniversarios. Somos ritos y rituales, somos 13 pasillos y más de 2500 personas
laborando diario, un trabajo los 365 días del año.
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